
La asociación de tabaco y vasculopatía periférica está claramente demostrada, produciendo arteriosclerosis en arterias de las piernas. Clínicamente se produce lo que se denomina claudicación intermitente que consiste en dolor en las pantorrillas con el esfuerzo y que desaparece con el reposo pudiendo llegar incluso a la necrosis de los músculos.
Entre los fumadores el riesgo de padecer claudicación intermitente clínicamente significativa es 3,7 veces mayor en los fumadores que en los no fumadores. El riesgo aumenta en relación directa con la intensidad en que se fume, de forma que un individuo que fume un paquete diario durante 25 años tiene 3,5 veces mayor probabilidad de padecer esta enfermedad mientras que si fuma 2 paquetes diarios durante el mismo tiempo el riesgo es 9 veces mayor comparado siempre con un no fumador.
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