

Considerado inicialmente como un posible medicamento, el tabaco ha resultado ser, sobre todo a causa de la nicotina, un producto que modifica gravemente las respuestas del sistema nervioso del organismo. Algunas personas se habitúan rápidamente a consumirlo y llegan a fumar varias cajetillas por día.
El proceso patológico más frecuente producido por el tabaco es la bronquitis y el enfisema, fenómenos principalmente de tipo inflamatorio y destructivo, pero que pueden complicarse con lesiones obstructivas, de fibrosis alveolar e incluso de neumotórax. Las opiniones son más dispares en lo que respecta a los trastornos neuropsiquiátricos destacando, sobre todo, los casos de excitación o malestar. La nicotina tiene un efecto directo sobre el sistema vascular, pudiendo producir gangrena como complicación de la enfermedad de Buerger. El hábito tabáquico influye negativamente en la potencia sexual masculina.
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